
En invierno, con el frío, se nos despierta aun más el instinto protector con nuestros pequeños. Una de las partes más delicadas y vulnerables es la piel.
La piel del bebé presenta algunas diferencias con la piel adulta. Por ejemplo, los bebés tienen un nivel muy bajo de sebo, que se irá regularizando a lo largo del primer año. Durante este tiempo, esta piel será mucho más seca y quebradiza. Por otro lado, el control de la temperatura corporal y la sudoración no se desarrolla hasta los 2 años, con lo que es muy importante que el bebé no esté expuesto a temperaturas ni muy altas ni muy bajas.
Todos estos factores afectan al día día en las épocas de más frío. Estos son algunos consejos para ayudar a protegerlos mejor del frío:
- Evita cambios bruscos de temperatura. Y siempre que compruebes su temperatura, hazlo en la nuca y no en manos o pies, dado que estos siempre están más fríos.
- Vístelos con varias capas mejor que con una gruesa. Además adecua su ropa a cada situación, abrigando o desabrigando cada vez que sea necesario.
- Cubre bien su cabeza, manos y pies. Gran parte del calor corporal se pierde por estas zonas. Elegir un buen zapato, calcetines de algodón, bufandas y guantes serán una buena solución.
- Protege su piel con crema hidratante, como la de Indrinah, así ayudarás a mantener la piel hidratada, flexible y sana.
- Ofréceles una dieta equilibrada, con altas dosis de frutas y verduras ricas en vitamina A y C.